Shell

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Ruta Nacional 68, Av. Gral. Aráoz Esq, A4403 Cerrillos, Salta, Argentina
Gasolinera Restaurante Tienda Tienda de conveniencia
8.4 (1047 reseñas)

Análisis de la Estación Shell en Cerrillos, Salta: Una Experiencia de Contrastes

Ubicada en un punto neurálgico, en la intersección de la Ruta Nacional 68 y la Avenida General Aráoz, la estación de servicio Shell de Cerrillos, Salta, se presenta como una parada casi obligatoria para viajeros y locales. Con un estatus operacional de 24 horas, todos los días de la semana, y una fachada moderna y limpia, promete ser un oasis de conveniencia y calidad. Sin embargo, un análisis profundo, basado en la información pública y, sobre todo, en las experiencias detalladas de sus clientes, revela una historia de dos caras: una de instalaciones impecables y otra de un servicio al cliente con fallas estructurales graves, tan notorias como una edificación que necesita una urgente renovación de su zinguería.

Las Fortalezas Visibles: Ubicación y Estructura

No se puede negar el atractivo inicial del establecimiento. Su valoración general, que ronda los 4.2 puntos sobre 5 con más de 600 opiniones, sugiere que una gran mayoría de los visitantes tiene una experiencia satisfactoria. Los puntos a favor son claros y contundentes:

  • Ubicación Estratégica: Siendo un punto de paso clave en Salta, su localización es inmejorable para quienes necesitan recargar combustible, hacer una pausa o comprar algo en su tienda de conveniencia a cualquier hora del día o de la noche.
  • Servicios Integrales: La oferta de combustible, tienda, y restaurante en un mismo lugar es una gran ventaja. Las fotos del lugar muestran un espacio amplio, bien iluminado y con una apariencia de limpieza y orden que invita a detenerse.
  • Operatividad Continua: El servicio ininterrumpido 24/7 es una garantía para cualquier conductor, eliminando la incertidumbre de encontrar un lugar abierto en horarios nocturnos o festivos.

La estructura del edificio, a simple vista, parece robusta y bien cuidada. La primera impresión es la de un negocio que se preocupa por su imagen, desde la cartelería brillante hasta lo que parece ser una zinguería para techos en perfecto estado, proyectando una imagen de solidez y confianza que la marca Shell representa.

Las Grietas en el Servicio: Cuando la Experiencia se Deteriora

A pesar de la fachada pulcra, las reseñas de los usuarios pintan un cuadro muy diferente, uno donde la experiencia del cliente se ve seriamente comprometida por políticas internas y actitudes del personal que desentonan con la imagen de calidad que proyectan. Los problemas reportados no son incidentes aislados, sino patrones de conducta que se repiten en múltiples testimonios.

La Polémica de los Baños: Una Barrera Inhumana

El punto más crítico y recurrente es la política de uso de los baños. Múltiples clientes, como Edgardo Maranghello, Roxana Castillo y Maria Fabiola Garcia, relatan una experiencia frustrante y hasta denigrante. La política no escrita parece ser que los baños interiores, los de la confitería, son de uso exclusivo para quienes consumen en la tienda, mientras que quienes solo cargan combustible son derivados a un baño externo. Este baño externo es descrito consistentemente como "súper sucio", cerrado con llave y de difícil acceso. La situación se agrava al punto de la discriminación, como lo relata Edgardo, cuya acompañante, usando una bota ortopédica, fue obligada a caminar una distancia considerable para usar este baño precario. Roxana, también con dificultades para caminar, describe una "falta de humanidad absoluta" al ser ignorada por varios empleados antes de que alguien finalmente le indicara, sin mucha ayuda, que debía "dar con la persona correcta que tenga la llave". Este tipo de fallas en la atención básica al cliente son como canaletas de zinguería obstruidas: impiden el flujo normal de una buena experiencia y terminan causando un daño mayor a la reputación.

Inconsistencia en la Gastronomía y Falta de Respuesta

La experiencia en el área de restaurante también muestra inconsistencias. Raquel Montañés cuenta que, si bien el lomito que pidió estaba "muy rico", las papas fritas eran "horribles", visiblemente refritas en aceite sucio. Lo más decepcionante de su relato no es solo la mala calidad del acompañamiento, sino la nula respuesta a su queja. El personal la ignoró, no ofreció disculpas ni solución. Su frustración aumentó al ver que, poco después de su reclamo, a otro cliente le sirvieron papas fritas frescas y de buen aspecto. Esto indica que la capacidad de corregir el error existía, pero faltó la voluntad de hacerlo para el cliente que se quejó. Un servicio de calidad debe ser integral, y no puede permitirse estos descuidos que son tan evidentes como una necesidad de reparación de canaletas de zinguería en un día de tormenta.

Problemas con Pagos y Actitud General del Personal

La fiabilidad de los servicios básicos también ha sido cuestionada. Rafael Imp detalla un historial de problemas a lo largo de los años: desde no tener posnet en 2016 hasta no aceptar ciertos medios de pago digitales más recientemente, culminando en un error de cobro que le hizo perder un descuento importante. Su conclusión es dura, atribuyendo los problemas a "malos empleados" o a un trato deliberadamente deficiente hacia los clientes. Esta percepción de desidia se suma a la sensación general de que el personal no está capacitado o no tiene la disposición para resolver problemas, sino más bien para deslindarse de ellos. Una empresa, por más sólida que sea su zinguería industrial, se debilita si sus cimientos, el trato humano, son frágiles. La investigación adicional sobre quejas en Cerrillos revela más casos, como el de un cliente que esperó 45 minutos por unas empanadas, describiendo la situación como una "vergüenza o simplemente desidia".

Una Oportunidad de Mejora Urgente

La estación de servicio Shell en Cerrillos es un claro ejemplo de cómo una excelente infraestructura y una ubicación privilegiada no son suficientes para garantizar una experiencia de cliente positiva. El contraste entre la alta calificación general y la gravedad de las quejas detalladas sugiere que mientras las transacciones simples y rápidas (cargar combustible y seguir) pueden ser satisfactorias, cualquier interacción que requiera un mínimo de servicio al cliente o empatía puede convertirse en una pesadilla.

La gerencia tiene una tarea urgente: alinear la calidad de su servicio humano con la de sus instalaciones. Es imperativo revisar y humanizar la política de acceso a los baños, capacitar al personal en la resolución de conflictos y atención al cliente, y asegurar la consistencia en la calidad de todos sus productos, incluidos los del restaurante. La estructura exterior puede ser impecable, pero si el interior está fallando, la edificación entera corre peligro. Es el momento de realizar una zinguería a medida en sus procesos internos, una reparación profunda que selle las grietas en la confianza del cliente y asegure que la promesa de la marca Shell se cumpla en cada interacción, no solo en la apariencia.

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